Se practica Triple AAA para llevar la práctica del cojín a la vida cotidiana. Triple AAA = Abstenerse, Atender, y Aprender. Cuando una sensación fuerte obstaculiza la mente calma lúcida, se aplica triple AAA.
Se abstiene de reaccionar habitualmente al hacer una pausa en el momento antes de actuar o hablar.
Se atiende a las sensaciones que surgen en el cuerpo y la mente con atención vigilante hasta que la calma regrese, desde la cual se pregunta, “¿Qué es bueno hacer en este momento?”, y seguir el consejo actuar o no actuar desde la intuición o la voz interior.
Luego, se contempla un momento la lección aprendida en cuanto al Dharma, con la intención de aprender cómo refinarla para la próxima vez.
Hace unos días por la mañana, estaba paseando mis perros con mi pareja, cuando me di cuenta de que faltaban algunas cosas en casa, y la tienda de abarrotes estaba justo allí para comprar tortillas, queso y papel de baño. Entré en la tienda mientras mi pareja esperaba afuera con los perros. Al acercarme a la caja para pagar, me di cuenta de que no tenía efectivo y la dueña no aceptó mi tarjeta de débito.
En este momento, me molesté conmigo mismo por no tener dinero en efectivo y me molesté con la dueña de la tienda por no aceptar mi tarjeta, la critiqué en mi mente por no haber entrado al siglo 21 donde todo el mundo acepta tarjetas. Tuve que regresar a casa para conseguir dinero y volver a la tienda.
En camino, tuve el tiempo para observar la mente chica y sentir como reaccionaba a uno de los mil millones de condiciones que se juntaban para darme la oportunidad de practicar. Noté la tensión en mi estómago y la cara. Por lo que respiré profundamente varias veces para soltar la tensión.
Me di cuenta de que la culpa no era de nadie, era simplemente lo que estaba surgiendo en aquel momento. Solté el apego a la idea de culpar a alguien, tanto a la dueña como a mí mismo.
Comencé a sentir alivio, y me reí de mí mismo por dar tanta importancia a algo tan insignificante como haber caminado unos momentos más y además unos artículos de casa. Después simplemente pude disfrutar de caminar, le sonreí a la dueña cuando le pagué, y advertí lo lindo de la mañana y lo hermoso del mundo mientras iba caminando complacido a mi casa.