Tener fe no requiere rigidez e inflexibilidad basada en inseguridades. Si nuestra fe es forzada, rígida, insegura, con insistencia en obediencia, entonces, no sirve para nada, y nos hundimos en creencias falsas no probadas y sin apoyo verdadero a la práctica.
Como dijo el filósofo budista Alan Watts:
Tener fe es confiarse al agua. Cuando nadas no agarras al agua, puesto que, si lo haces, hundes y te ahogas. Mejor te relajas y flotas.
Todos tenemos una sabiduría innata, la que nos guía en la vida cotidiana. Podemos confiar en esta sabiduría, y así soltar nuestras preocupaciones, y abrirnos a la calma lucidez de la mente búdica.
Sin embargo, la fe debería equilibrarse con el entendimiento y la sabiduría de prajña, o sea, la percepción espiritual que penetra las tinieblas de la ignorancia con entendimiento profundo, y nos lleva a la iluminación.
El Buda explicó por qué necesitamos este equilibrio en la práctica con estas palabras:
Si una persona no posee fe y entendimiento (prajña), entonces tal persona aumenta su ignorancia…
Si una persona posee entendimiento, pero sin fe, tal persona aumentará sus ideas erróneas…
Una persona que no tiene fe dirá, a causa de una mente enfadada: “¡No hay ningún Buda, Dharma y Sangha!” ~Buda
Sin fe, no comenzamos a practicar. Y si nunca practicamos, no encontraremos la iluminación. Por tanto, la fe e iluminación están intrínsecamente relacionadas, dos aspectos de lo mismo.