Capítulo 17.3. La Matriz-Samadhi del Buda Bebé

EL PERDÓN DE BUDA

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Podemos hacer la analogía con el nacimiento. Cuando un bebé viene al mundo, es un ser humano con todas sus cualidades, solo de una forma inmadura. El bebé es un hombre o mujer en potencia. No es esencialmente diferente del adulto, pero sí, tiene que madurar para llegar a la plena manifestación de su humanidad.

 

 

Podríamos decir lo mismo con nuestra práctica. Al entrar en la profunda concentración y silencio de samadhi, estamos dando a luz a nuestro bebé Buda interior.

 

 

Sin embargo, como cualquier bebé, hay que proteger, alimentar, y cuidarlo para que llegue a su madurez. De igual forma, nuestro Buda bebé es un Buda completa, pero inmaduro. Hay que cuidar y educarlo para que llegue a su edad adulta, un Buda maduro.

 

 

Por eso, practicamos cada día la meditación, de esta manera cultivamos nuestra capacidad de vivir la vida cotidiana basada en la ética de los preceptos.

 

 

Cuando nos sentamos en meditación, estamos renovando nuestra iluminación inicial, y reafirmamos nuestra budeidad fundamental.

 

 

El acto de sentarse es un acto de fe que sigue reconociendo la verdad de nuestro verdadero ser, y nos reanima para seguir adelante en crecer como Budas, al soltar nuestras kleshas de enojo, frustración, miedo, e indiferencia, y madurar en nuestra capacidad de ayudar a otros en aliviar su sufrimiento y dar a luz a su propia Buda bebé interior.

 

 

El gran maestro zen coreano Chinul afirmó en el siglo XII d.C. que la iluminación es anterior a la práctica, no después. Cualquier práctica antes de la iluminación es un aspecto de dualidad, lo que diferencia entre seres humanos y Budas; por lo tanto, no es verdadera práctica.

 

 

Según Chinul, práctica es verdaderamente práctica sólo después de la iluminación, ya que ésta da a uno la fuerza y convicción para continuar practicando continuamente como una reafirmación, renovación, y compromiso a esta comprensión directa de la verdad.

 

 

Así, seguimos madurando en nuestra iluminación como los Budas que somos, y perfeccionamos nuestra capacidad de servir.

 

 

Por eso, el Sutra Avatamsaka describe 52 niveles desarrollo para los bodhisattvas. Qué es un bodhisattva sino nada más que un Buda que madura y se perfecciona. Esto es nuestro trabajo, nuestro privilegio, y nuestra bendición.

 

 

Aspiramos a la plena budeidad al meditar cada día y cultivamos nuestra práctica, hasta que nuestro Buda bebé crezca y madure a su plena capacidad y perfeccionamiento.

 

 

Capítulo 17.3. La Matriz-Samadhi del Buda Bebé

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