¿Cómo practicar con hwadu?
Ta Hui y la práctica de Hwadu
Hwadu significa “cabeza de la palabra”, una frase, tema, o palabra basada en un koan, un diálogo entre maestro y alumno, culminando en un acertijo en la forma de una pregunta despertando al alumno a una más profunda comprensión de la Verdad. Sin embargo, el hwadu es mucho más corto que un koan, sirviendo como una especie de meditación para aquietar la mente.
El uso del hwadu no es una actividad intelectual, sino más bien una manera de volver la consciencia un su origen: “Simplemente voltea tu luz adentro y rastréala a su fuente: ¿de dónde viene el que percibe tales pensamientos? (Cleary, 2013: 880-881).”
A diferencia de koans, de los que hay cientos de resolver, se suele estudiar sólo un hwadu por toda la vida, eligiendo entre varios o teniendo uno asignado por un maestro. Algunos ejemplos son:
¿Qué soy?
¿Qué es esto?
¿Qué es lo que come, lleva ropa puesta, habla, mira, oye, es siempre brillante y divino donde sea?
No es la mente, ni Buda, ni ninguna cosa. ¿Entonces qué es?
Antes del nacimiento de mi papá y mamá, ¿qué es mi cara original?
¿Qué es lo que arrastra este bulto de cuerpo?
Hay que elegir la frase que más proporcione gran duda, y luego darse por completo a su práctica continua, siempre preguntándose en todo momento y contexto, el punto clave del hwadu, como “¿Qué es esto?”. Se comienza con la pregunta completa de “¿Qué es lo que come, lleva ropa puesta, habla, mira, oye, es siempre brillante y divino donde sea?” y luego cortándola a “¿Que es ésto?” Se puede cambiar el orden de la pregunta diciendo lentamente “¿Esto,…..qué…..es?” Se sugiere que, al preguntarse “¿Qué es esto?”, se enfatice la palabra “esto” para indicar él que está preguntando es a lo que se refiere. No hay una pregunta superior a otra, simplemente, elige la que se puede comprometer, sin cambiarla a otra, para que se creara mucha duda. Si la pregunta corta se vuelve mecánica, se debe regresar a la pregunta larga como “Qué es lo que mueve este cuerpo?” No hay algún truco ingenioso a la práctica. Sólo volver una y otra vez al hwadu con mucho empeño y muy en serio.
12 Recomendaciones
1. Agarra el hwadu, investígalo y penetrarlo. Puesto que no entiendes lo que significa, pregúntate sin parar para resolverlo.
2. Corta todo pensamiento del futuro o el pasado, entrando en un estado de vacuidad.
3. Evita la observación pasiva del hwadu.
4. Elimina todo contenido mental, incluso todo intento de eliminar.
5. No apegues al estado de quietud ni lucidez.
6. Mantén el hwadu sin distraerte, sin moverte en ninguna dirección.
7. No pienses en que lo hayas realizado ya.
8. Mantén el hwadu sin pensar conscientemente en él, dejándolo estar presente sin esfuerzo mental. Cuando te levantas, el hwadu se levanta, cuando te acuestas, el hwadu se acuesta.
9. Consulta un maestro sabio para recibir orientación de como proceder.
10. Prepárate para la confrontación final, en la que rompes con todo.
11. Ábrete por completo, sin importar si vives o mueres.
12. Entra en plena Iluminación.
10 Errores
Al practicar el hwadu, hay diez errores por evitar:
No pienses ni en la existencia ni en la no-existencia.
No intentes averiguar si la no-existencia significa la vacuidad verdadera.
No uses teorías ni principios.
No lo resuelvas por medio de la investigación intelectual.
No interpretes los gestos faciales del maestro, como el levantarse las cejas o el parpadeo de los ojos, como la respuesta.
No lo resuelvas por el uso astuto de palabras.
No confundas el estado de calma y vacuidad por la realización de la verdad.
No tomes la inteligencia como la solución.
No construyas interpretaciones basadas en citas de libros ni enseñanzas de maestros.
No esperes la Iluminación sólo repitiendo el hwadu de un modo mecánico.
Hay que preguntarse con el hwadu, creando gran duda. Más grande la duda, más profunda la Iluminación. Requiere compromiso y fe: el compromiso como si fuéramos la madre quien acaba de enviar su único hijo a la guerra, no hay momento en el que no está pensando en él; la fe en el sentido de que se cree por completo que uno es originalmente Buda, y puesto que practicamos bajo las mismas condiciones como todos los maestros y patriarcas del pasado, si seguimos determinados, es seguro que llegaremos a la Iluminación, viendo directamente nuestra naturaleza y convirtiéndonos en Buda.